Apuntes narrativos – estéticos
Partiendo de la idea del cine como documento de la vida, se buscó trabajar una propuesta estética y narrativa que pudiera documentar la cotidianidad de un espacio concreto: La Plaza Botero en un día de domingo, y que lo integrara a una narración argumental.
En nuestra vida cotidiana los espacios terminan volviéndose lugares comunes por los que caminamos sin prestarles mayor importancia porque están ahí y hacen parte de lo que creemos conocer, sin embargo, cuando los transitamos, generalmente pasamos la vista, pero sin ver. Uno de los objetivos del argumental era resaltar eso que muchas veces no vemos, porque simplemente está ahí, y creemos conocerlo a la perfección.
La historia de una familia que visita La Plaza Botero para tener un recuerdo de la ciudad, o quizás pasar un momento especial y familiar, es la base conceptual de una narración que pretende integrar aquello que es real –documental-, con ese otro mundo fantástico de la imaginación e ingenuidad de una niña de 6 años.
La propuesta narrativa siempre estuvo pensada en contar la historia de un paseo de familia, y cómo la mirada de una niña nos muestra esos contrastes del lugar. Desde la concepción del guion, se pensó en mostrar el choque que le produce a Susy el ver la estatua humana (delgada y pequeña) emplazada entre las opulentas esculturas de Botero; y para presentar el mundo que encierra la imaginación de la niña, se eligió hacerlo a través de la técnica de la animación, porque lograba, más que nada, dotar a la historia de una maravillosa fuerza narrativa y estética, además que permitía adentrarnos, por un instante, en el pensamiento fantástico de la niña.